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domingo, 23 de septiembre de 2012

Witchcraft

Por Antonio Ramírez




Witchcraft ha supuesto, para muchos de los fans más acérrimos del hard rock que se hizo a finales de los 60 y comienzos de los 70 (especialmente en su vertiente más oscura), como un sueño hecho realidad. Han encontrado en esta banda una materialización de sus deseos musicales, tal y como si uno de los mejores grupos de esa época se hubiera teletransportado a nuestros días trayendo consigo toda la olvidada magia de aquellos momentos. Que unos músicos tan jóvenes se hayan decidido por hacer este tipo de música ya es de por si algo reconfortante, pero que encima sepan hacerlo tan rematadamente bien ya es algo que entra dentro de lo milagroso.

Pero el hecho de que un grupo como Witchcraft pueda editar sus discos en la actualidad no es producto de la mera casualidad, sino de una serie de movimientos dentro del curso del rock undergropund que en los últimos años ha posibilitado la reivindicación de una tradición que al nivel del público mayoritario había sido dado prácticamente por muerta a finales de los años 80. Así, la psicodelia, el blues rock, el rock progresivo y otros sonidos propios de décadas pretéritas han ido reapareciendo poco a poco a través de una escena que no por ser underground deja de estar en constante ebullición, sobretodo a través de internet y sus nuevas posibilidades en comunicación entre bandas, público y medios independientes. Se ha abierto una brecha en la escena rock mundial, creándose una sólida comunidad internacional de aficionados a ciertos tipos de rock que prefiere apoyar a los grupos y discográficas del rock underground que a los productos de las grandes discográficas.

Así pues, resulta dificil pensar en la existencia y mantenimiento de un grupo como Witchcraft sin esta actual situación del rock internacional. Pienso que de otra manera, casi con seguridad, hubiera pasado como una simple exentricidad sueca más. Pero la realidad es que Witchcraft, aunque sea a un nivel underground, ha causado verdadero furor entre aficionados de muchos paises, y por lo que se ve este reconocimiento seguirá creciendo en un futuro.

La historia de Witchcraft se inicia con Norrsken (palabra sueca que podría traducirse por Aurora Boreal), un joven grupo afincado en Örebro, ciudad situada en el centro de Suecia. Esta banda se había formado en 1995 y contaba en sus filas con Joakim Nilsson a la voz, Magnus Pelander a la guitarra, Rikard Edlund al bajo y Kristoffer Sjödahl a las baquetas. Durante los 5 años que duró la banda llegaron a grabar varias demos y un single que ahora es muy buscado entre los coleccionistas de vinilos. La música que producían, de bastante calidad en su ejecución para tratarse de un grupo totalmente amateur, estaba caracterizada por una gran crudeza (debida sobretodo a una producción muy rudimentaria), podía situarse en un punto medio entre en el hard rock más enérgico de los 70 y toques del doom rock de los 80, prueba de ello es que entre sus temas propios grabaron sendas versiones de Blue Cheer y de Trouble. Norrsken fue una banda que podría haber tenido una interesante y prolífera carrera. Hasta cierto punto Witchcraft supuso la continuación del espíritu de Norrsken, aunque con una orientación más decidida y profunda hacia la oscuridad del doom primigenio de grupos como Black Sabbath y Pentagram.

Por un motivo u otro, tal y como suele ocurrir a una infinidad de bandas de rock, la cosa no dio más de si y Norrsken se separó. Lo positivo de esto fue que de sus cenizas surgieron nuevos e interesantes grupos que todavía continúan en la actualidad, como pueden ser Graveyard o Dead Man, ejemplos del mejor rock sueco en estos momentos, pero lo más importante para lo que aquí nos ocupa es lo que hizo el que fuera su guitarrista, Magnus Pelander, que se dispuso a montar otro grupo, esta vez tomando las funciones de cantante además de seguir con la guitarra.

Magnus, pese a su juventud, concebía una manera muy añeja de tocar la guitarra, no por casualidad era un ferviente admirador de la música que se había producido en los 60/70, pero no solo por el tipo de melodías y estructuras, sino también por la misma sonoridad que se habían producido con los instrumentos y amplificadores antiguos, muy diferentes de los actuales. Tras una primeriza etapa adolescente imbuido en el heavy metal (especialmente en el trash metal, con bandas como Slayer) había descubierto a través de un amigo los que iban a ser sus grandes ídolos hasta el momento actual: Rocky Erickson y Bobby Liebling. El primero le iba a inspirar en su forma atormentada y algo desquiciada de cantar, el otro a través del oscuro y primigenio rock de su grupo Pentagram, auténtica clave para la música de Witchcraft y su posterior evolución. De hecho, su primera intención tras abandonar Norrsken iba a ser montar una banda tributo de ambos mitos del rock.

Para llevar esto a cabo ello se busca a unos cuantos músicos de su zona y para el año 2000 ya tiene preparada una banda que a la que llamará Witchcraft y que está compuesta por John Hoyles a la otra guitarra, Ola Henriksson al bajo y el hermano de éste, Jens Henriksson, a la batería. Pero, pese a tratarse de un grupo tributo, el sonido que empiezan a producir en sus ensayos y primeros conciertos contiene mucha personalidad y para nada se quedan en meros clones de los ídolos homenajeados.

En 2002 graban lo que será la primera referencia del grupo, un single para la discográfica Primitive Art Records. Este 7 pulgadas, con una tirada de 500 ejemplares en vinilo negro, incluye dos temas que después iban a ser incluidos en el disco debut de Witchcraft : ”No Angel or Demon” y “Your Bury your Head”, aunque en el caso del segundo era una versión ligeramente diferente a la que finalmente iba a ser incluida en el disco. El single fue producido por el batería del grupo, Jens Henriksson. Como dato curioso y esclarecedor hay que decir que en la carpetilla interior del single se incluía unas breves palabras de Magnus Pelander y que entre otras cosas afirmaba que “... esto es para ti: Bobby Liebling, para siempre mi Rey, y Rory Erickson, que enseñó a cantar a mis demonios.”

Tras grabar el single Jens Henriksson se va del grupo y poco después lo hace su hermano Ola. Para ocupar la base rítmica Magnus se busca a otros dos hermanos: Mats al bajo y Jonas Arnesen a la batería. Al parecer Witchcraft no surgió con demasiadas esperanzas de continuidad, con lo cual fue todo un golpe de verdadera suerte el que alguien como Lee Dorian, impulsador del sello Rise Above (sello inglés especializado en heavy metal y doom) se interesara por ellos. Dorian era además el lider de Cathedral, que por esa época era uno de los grupos de doom metal favoritos de Magnus y Ola. Fue una sorpresa para ellos recibir un mensaje de este importante sello (siempre dentro de los ámbitos minoritarios del heavy metal) con la oferta de firmar un contrato con ellos, de hecho, debido quizás a una excesiva modestia, éste era uno de los pocos sellos a los que no habían enviado el single para promocionarse. Pero afortunadamente al nuevo bajista si se le ocurrió hacerlo y Lee Dorian sintió un inmediato interés por ellos tras escucharlo, rapidamente llegan a un acuerdo para editar varios discos.

Con esta nueva formación entran en el estudio disponiendo por fin de más medios para la grabación en comparación con la elaboración del single. La idea era intentar reproducir un sonido lo más añejo y oscuro posible, para ello prescinden de los soportes digitales y se graba en cinta con un sistema totalmente analógico, además de contar con mucho material (instrumentos y amplificadores) “vintage”. A los controles vuelve a ponerse Jens Henrickson, que pese a haber dejado el grupo ayuda a sus antiguos compañeros en las labores de producción. Graban en el mismo estudio donde hicieron el single, el cual estaba situado en el sótano de una escuela, por esa razón solo podían trabajar algunas horas de la tarde y los fines de semana, con lo cual tardan varios meses en terminar del todo el disco. En ese proceso Ola vuelve a ocupar el lugar del bajo, pero a esas alturas ya estaban grabadas todas las pistas de ese instrumento, con lo cual su participación en el primer disco se reduce al tema “No Angel or Demon”, que es el mismo que el del single.

El disco sale por fin en 2004 como la referencia número 47 del sello Rise Above, con una tirada normal de en CD y otra para coleccionistas de 1000 ejemplares en vinilo negro. El arte de la carpeta es realizado por Stephen O'Malley, que además de ser diseñador gráfico forma parte, entre otros tipos de proyectos musicales, del grupo de culto Sunn O))). La carpeta incluye viejos grabados alquímicos que aportan una ambientación perfecta para su escucha y la portada principal está basada en un dibujo del famoso y decadentista artista inglés del siglo XIX Audrey Beardsley. Para promocionar el disco salen de gira junto al grupo Orange Goblin.

  
El disco está compuesto por 11 (12 en la versión vinilo) temas que hablan de brujería, magia, alquimia. El sonido que han conseguido es realmente oscuro y primigenio, como si de un grupo underground de los 70 que hubiera grabado en acetato se tratara. Por lo demás, más allá del hecho del tipo de sonido, hay que afirmar que es un espléndido trabajo, con unos temas absolutamente deslumbrantes. Es claro que estamos ante un disco que podríamos definir como “retro”, porque indudablemente intenta reconstruir la atmósfera de los discos de una época ya pasada, pero eso no repercute en lo más mínimo en su valor puramente musical. Son buenos temas por si mismos y a la vez respetan las reglas no escritas de un género como son el doom rock o el hard rock de los primeros años 70. Aunque a partir de este momento reciben algunas acusaciones de ser clones de Black Sabbath eso solo puede venir desde el desconocimiento del rock de los 60/70. Es muy evidente que Witchcraft maman del mítico grupo de Birmingham, pero también lo hacen de muchas otras bandas de esa época: May Blitz, Bang, Comus, November y tantas más. Así pues, son el resultado de una combinación de muchas influencias, con lo cual sus registros son muy variados, tal y como demuestran en discos posteriores.

Se abre el disco (sin título) con “Witchcraft”, tema dividido en muchas secciones diferentes. Éste se inicia de una forma bastante rápida, contando con un buen riff y una base rítmica compacta. La voz de magnus suena como de ultratumba gracias a una ligera distorsión, será así también en el resto del disco. Los riffs a dos bandas de guitarra se alternan con solventes punteos. El centro del tema es mucho más lento y tétrico, con esa cadencia típica del doom más funerario, incluyendo además algunas notas de cuerda. La canción termina con un gran trabajo a dúo de guitarra, un diálogo instrumental a la vieja usanza.

“The Snake” es mucho más doom en esencia, podríamos decir que se encuentra a medio camino entre Black Sabbath y los temas más tenebrosos de Pentagram. Las guitarras suenan realmente pastosas y por el fondo el bajo y la batería van contruyendo sus propias melodías. Es una auténtica virguería.

“Please don't Fogert me” sigue mamando claramente del doom más arcáico, al fin y al cabo es una versión de un tema de Bobby Liebling perteneciente a su etapa en Stone Bunny (pre-Pentagram). Además del espíritu doom, esta versión tiene a la vez un fuerte aire a los Jethro Tull de 1969 (aunque sin flauta), con una base rítmica que tiende a las formas del blues/jazz y unos magníficos punteos de guitarra a cargo de Magnus y John. Es un tema que suena en general mucho más progresivo, haciendo aquí los Witchcraft una pequeña joya musical de poco más de dos minutos.

“Lady Winter” es un fabuloso medio tiempo con una atmósfera muy melodramática, especialmente por la forma tan teatral que tiene Maguns de cantar. Además es alucinante como suenan la guitarras.

“What i Am” es para mi uno de los mejores temas del disco, con una preciosa melodía de voz apoyado por un ritmo construido a la perfección. Aquí es evidente que nunca la deuda con Bobby Liebling en la forma en que Magnus construye las melodías creando momentos muy dramáticos y sobretodo en como la guitarra y la voz se apoyan la una a la otra.

“Schyssta Lögner” es el único tema cantado en sueco en todo el disco, pero eso no repercute en lo más mínimo en su disfrute ya que es un señor temazo. Quizás porqué esta cantado así recuerde esta canción a cosas como November, el mítico grupo sueco de los 70, que al fin y al cabo también es crucial dentro de las influencias del grupo.

“No Angel or Demon” es, dentro de la oscuridad de toda la selección de temas, una composición muy alegre y marchosa, con un ritmo mucho más reconociblemente rockero de lo que normalmente podemos encontrar en el disco.

“I want you to Know” y “It so easy” son dos temas muy similares, continúan en la senda del hard rock de los 70, contando con un trabajo de guitarra más que bueno y alternando partes rápidas con otras más pausadas. Destacando la forma efectiva en que la guitarra rítmica apoya a la solista.

“You bury your head” es un corte absolutamente Black Sabbath de la época del Master of Reality, con un ritmo lento y tenebroso y un Magnus que recuerda mucho aquí a Ozzy. Al final hay una parte de guitarras bastante desquiciadas.

Con “Her sisters they were week” llegamos al final del disco y el que quizás sea el mejor corte del disco, con una tendencia al folk rock que nos hace imaginar las profundidades de un bosque embrujado. Tras una parte lenta con flauta entramos en un pasaje mucho más potente con la voz escalofriante de Magnus reproducida al revés, por si faltaba algún toque tenebroso. Para terminar, un detalle que aunque no sea muy original viene muy bien: el sonido de una caja de música.

La versión vinilo incluye un bonus, una versión de “Yes I Do”, otro tema de Bobby Liebling.

La reacción de la prensa especializada, sobretodo en internet, no se hizo esperar tras la salida de este disco. El grupo fue saludado como la reencarnación de Black Sabbath, también es verdad que en algunos casos reiterando su (supuesto) excesivo parecido con esta banda, pero en la mayor parte de las reseñas se ve en el grupo un soplo de aire fresco para el panorama rockero underground. Rapidamente venden hasta 5.000 ejemplares de este primer disco.

Tras una extensa gira por Europa junto a Orange Gobling, que incluye su primera actuación en el Roadburn, importante festival para la comunidad psicdélica/stoner/doom y celebrado en Tilburg (Holanda), Witchcraft se meten en marzo de 2005 otra vez a grabar. Ahora es en el New Rising Studios de Colchester (Inglaterra), lugar donde suele grabar el grupo Cathedral y otros del sello Rise Above. Vuelven a contar con Jens a la producción y esta vez cuentan con mucho más equipo antiguo que la pirmera vez. Eso se percibe bien en la producción final, pues se nota que tiran menos efectos de estudio para reproducir lo que se hacía en los años 60/70 y el sonido es mucho menos oscuro.

Para finales de 2005 sale el nuevo disco, que se llama Firewood. Compuesto por 10 temas más uno oculto en la edición CD. Este nuevo trabajo representa una evolución para la música de Witchcraft. Los tonos suben, los ritmos se aceleran y la producción es mucho más limpia. Ya no se puede calificar este disco como típico del doom, hay una clara tendencia al hard rock y el progresivo, incluso al heavy rock clásico de grupos como Rainbow, Witchfinder General o Dio. La deuda con Pentagram o Black Sabbath sigue siendo muy fuerte, pero ahora el espíritu de Rocky Erickson es también más evidente, no tanto por su etapa con los Elevators como por su carrera en solitario. Así pues, han ampliado sus miras y eso se agradece. Quizás por esto muchos de los fanáticos del doom se sintieran defraudados con Witchcraft a partir de este momento, pero la verdad es que unos músicos de talento no pueden ni deben estancarse en ningún límite autoimpuesto, quieran lo que quieran sus fans. Por lo demás, la evolución de Witchcraft entra en lo lógico y natural, continúan en una tradición que sigue una linea recta entre ambos discos sin sobresaltos estilísticos.
 

  
Se abre Firewood con “Chylde of Fire”, un trepidante corte con un riff muy marchoso. Hay que destacar que las guitarras se alejan del sonido machacón propias de stoner y otros estilos actuales, suenan salvajes pero de una forma sencilla y desprovistas de excesiva distorsión. La linea de voz y el estribillo son simplemente contagiosos, así como las entradas de guitarra solista. Este tema es todo un himno que hará que te muevas sin remedio.

“If wishes were Horses” es más tranquilo, aunque con buenos cambios de ritmo que la aceleran en algunos momentos. Nuevamente cuenta con una melodía vocal muy destacable, y es que la peculiar voz de Magnus ha ganado mucho desde que grabaran el primer disco.

“Mr Haze” es uno de los mejores temas hechos por Witchcraft, bastante alegre en su cadencia aunque con bastantes cambios de ritmo, con una melodía de voz perfectamente ajustada con los punteos de guitarra. Tras una parte acústica llega de nuevo la melodía principal y con ésta un juego de guitarras que suena a gloria, tocado a dúo entre Magnus y John. A destacar también el efectivo trabajo de la base rítmica, especialmente el bajo de Ola. Una obra maestra.

Con “Wooden Cross” volvemos a los sonidos más cercanos a Pentagram, hasta tal punto que parece un tema de mediados de los 70 realizados por el mítico grupo de Booby Liebling. Otra vez podemos escuchar un enorme trabajo de las dos guitarras. Que pena que no haya muchos más grupos que hagan estas cosas.

“Queen of Bees” es otro temazo que bebe directamente de los Black Sabbath del Sabbath Bloody Sabbath, sobretodo por esa misma forma patética y melodramática de cantar de Ozzy y también por esa multitud de cambios de ritmo en una sola canción que para otro grupo darían para hacer temas para un disco completo.

“Merlin's Daughter” es un breve instrumental electro-acustico de una gran intensidad y belleza.

“I see a man”, es un tema apoyado en un robusto riff que en el centro incluye una rabiosa jam con todos los músicos sacando humo de sus instrumentos. Despues sigue con una parte muy tétrica para acabar de la misma manera en que empieza.

“Sorrow Evoker” es otro de mis temas favoritos de todo el disco. Con tendencia al folk (flautas, guitarra acústica,...) la cosa va subiendo de intensidad a medida que avanza para acabar siendo un temazo de hard rock con un Magnus rompiéndose las cuerdas vocales y de fondo un fabuloso trabajo de guitarra.

“You Suffer” es otro corte rápido, donde hay que destacar sobretodo la labor de Jonas Anersen a la batería. Con muchos cambios de ritmo y unas guitarras algo locas que me recuerdan a grupos inclasificables del tipo de Killing Floor y otros del hard blues más desquiciado.

“Attention!” es mucho más pausado, con un peculiar trabajo de guitarra que hace que suene verdaderamente extraña y chirriante. Por lo demás, los dos guitarras se marcan una jam final que pone los pelos de punta. El tema esconde, tras unos minutos de silencio, una estupenda versión de “When the Scream Come”, un gran tema de sus ídolos Pentagram.

Este segundo disco supone la definitiva consagración de Witchcraft a un nivel mundial (aunque hablamos siempre en los ámbitos del underground, los medios mayoritarios fuera de Suecia pasan de ellos), por fin dejan de ser considerados un grupo simplemente extravagante para pasar al primer plano de la actualidad. Para promocionar Firewood salen de gira por Europa con Corrosion of Conformity. Además sacan un single compartido con el grupo de folk-psych Circulus. Todo va como la seda para ellos, pero hacia mediados de 2006, cuando se preparan para salir de gira hacia Estados Unidos, Jonas Anersen decide dejar el grupo. Así que, como una medida urgente, Jens, el batería original, entra de nuevo en el grupo para ocupar su lugar. En esta gira al otro lado del charco cuentan de teloneros con el grupo americano Danava. Un momento mágico de este tour por tierras americanas fue cuando en noviembre tocan en Wanshington unas versiones de Pentagram acompañados por el mismísimo Bobby Liebling. El círculo se cierra así, los discípulos rinden homenaje a su maestro de forma directa.

Cuando vuelven de la gira entran de nuevo en el estudio y registran dos temas inéditos que irán incluidos en un single editado de forma muy limitada, que poco después tendría que volver a ser reimpreso en una nueva tirada debido a la alta demanda. Uno de los temas incluido aparecería en su siguiente disco, no es así con el incluido en la cara B: “I Know You Killed Someone”, un potente hard blues en la linea de Leafthound.

Tras la grabación de este single el grupo vuelve a cambiar de miembros. Jens deja por enésima vez la banda y entra a la batería Fredrik Jansson, que hasta ese momento había estado en el grupo Abramis Brama. Con esta nueva formación empiezan a trabajar en nuevos temas y para finales del verano ya la tienen grabadas. Esta vez han usado el estudio Up And Running en Estocolmo. Por vez primera cuentan con un productor diferente a Jens, se trata de Tom Hakava, que además colabora en el disco tocando instrumentos adicionales como el melotrón o el piano.

Para octubre sale por fin el esperado tercer disco de Witchcraft, se llama The Alchemist y va envuelto en una portada realmente bonita realizada por David V. D'Andrea, con multitud de dibujos en tinta china. Como curiosidad hay que decir que son tres las ediciones diferentes, para Estados Unidos, para Europa y para Japón, contando esta última con un bonus track exclusivo: una versión de Rocky Erickson.

The Alchemist significa, una vez más, una nueva evolución hacia otro tipo de sonido. No es que cambien demasiado, la verdad, pero si hay un evidente y definitivo alejamiento del doom, y más que de modernización yo diría que no hay tanta premeditada intención de sonar antiguos, pero las fuertes referencias setenteras siguen ahí y aparecen por fuerza en el disco. El resultado es un disco de sonido muy limpio si lo comparamos con el primer disco, mucho más tendente a lo progresivo y el hard rock, en suma, bastante más personal.


Se abre el disco con “Walk Between the Lines”, un tema muy en la linea de su otro himno del anterior disco, “Chyld of Fire”, Un corte rápido, con un riff que angancha por su sencillez y un Magnus que perceptiblemente ha mejorado en la voz (más todavía). La guitarra se retuerce en las entradas solistas con una delizadeza magistral. Señores y señoras, estamos ante una pequeña joya.

“If Crimson was your Colour”, tema que iba incluido en el single del mismo nombre, es también rápido y altamente contagioso, aunque bastante más potente que el anterior corte. Incluye toques de órgano. Hay una parte central con un riff a dos guitarras que suena brutal y que sube a las alturas cuando las dos guitarras empiezan a lucirse. Otro temazo.

“Leva” es el único tema cantado en sueco, y como pasa con otros temas de ellos cantados en ese idioma es imposible no pensar en November cuando uno lo escucha. Esta idea lo refuerza el hecho de que sea una especie de hard blues a medio tiempo sembrado de cambios de ritmo. Hacia el centro la cosa se acelera y suena realmente heavy a la vez que progresivo, con un juego de guitarras realmente mágico.

“Hey Doctor” es otro himno que hace subir la temperatura de forma inmediata, en este caso con un riff muy a lo Black Sabbath, brutal en la base rítmica y con una melodía de voz me recuerda a Dio y otros monstruos del heavy rock de toda la vida. Nuevamente hay una aceleración del ritmo a partir de la mitad y un pedazo de solo de guitarra.

“Samaritan Burden” se inicia con un gran trabajo de batería y un riff portentoso. Este tema me recuerda a los Jethro Tull del Agualung, aunque sin flauta, y también a muchos otros grupos del hard progresivo de los 70, especialmente en la parte final.

“Remembered” es un corte muy alegre que combina potencia y lirismo, siguiendo en la misma linea del hard rock con aires progresivos de los 70, algo que se remarca por la colaboración de Anders Andersen al saxofón, dando un matiz muy interesante al sonido de Witchcraft.

Terminamos con “The Alchemist”, largo corte de más de 14 minutos que se divide en tres partes. Aunque se inicia de forma acelerada pronto se calma y se convierte en algo mucho más sutil con melotrón y vientos, aunque insertado de momentos más tormentosos. Tras esto llega una parte instrumental con una ambientación maravillosa y extraña por el fondo. Vuelve a cambiar radicalmente y a partir del sexto minuto estamos en otra canción dentro de la canción principal, con una combinación de guitarras acústicas y eléctricas ejecutadas con todo el buen gusto del mundo. Despues volvemos a la parte inicial. Tras unos minutos de silencio hay un breve corte “fastasma” con extraños toques de guitarra.

No sabemos que depara el futuro a Witchcraft, pero este último disco confirma su alta calidad y sobretodo deja claro que no es un grupo clon de ningún estilo o ningún otro grupo. Al parecer Magnus Pelander se ha empeñado, como queda claro en sus declaraciones, en mantener viva la llama de Pentagram y después de algunos años Witchcraft sigue sirviendo de homenaje para esa banda mítica, algo que nos parece muy bien, pero sin embargo su música va más allá del mero plagio de cualquir grupo, su sonido es claramente reconocible y está causando furor en muchas otras bandas jóvenes ( y no tan jóvenes), esperemos que a la larga sirva para despertar aun más, en músicos y público, la curiosidad por seguir explorando el tesoro musical que se esconde en tantos buenos discos de los 60 y 70.

Articulo publicado originalmente en la web Mentes de ácido el 22/11/07

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